La resolución del juicio del 11-M

Probablemente este tema sea un piscinazo para ser mi primera entrada oficial, pero creo necesario su comentario. Una vez que haya hablado de ello, no lo volveré a mencionar.

El día en que se leyó la sentencia del Juicio del 11-M, todos en la facultad de Periodismo estaban pendientes de pillar una radio y un huequito vacío para poder escuchar la resolución. Leer las ediciones digitales de los principales medios de comunicación era un caos. Elmundo.es publicaba en formato "extra-grande", que habían salido absueltos todos los acusados excepto tres; fue la primera información que tuve sobre el asunto, cuando leí el texto pensé que con la cantidad de gente implicada en el asunto, cómo era posible que sólo hubiera tres imputados.

Para contrastar la información, fui a elpais.com, donde abrí la página con el artículo completo y en él se decía claramente la lectura de la sentencia, con alusiones claras a las acusaciones que el diario El Mundo había estado difundiendo junto con los medios de comunicación adscritos a la Conferencia Episcopal. Los acusados culpables habían pasado de ser 3 a ser más de 11 (prácticamente la totalidad de los imputados en el caso, exceptuando a los que murieron durante los hechos, a los que obviamente no se juzgó).

Normalmente tiendo a ser muy crítica con todos los medios de comunicación, sin importar mi propia línea de pensamiento (si un día me siento con fuerzas, ya la comentaré). En este caso concreto, El País, al sentirse los ganadores absolutos de la guerra de medios provocada por el Juicio del 11-M, da la información de manera más objetiva ciñéndose a los hechos tal y como se han sucedido, y no cómo quiere que sean la línea editorial.

No puedo creerme que un medio de comunicación que dice propagar la verdad a los cuatro vientos induzca a un error tan grave como es en este tema tan delicado. Porque para las personas de a pie, para los residentes en Madrid, para aquellos que vivieron (y sobrevivieron) el 11-M, no es tema de carácter irrisorio, a ellos les da igual qué medio de comunicación venda más, o cuáles son los titulares más grandes. Lo que importan son las personas, siempre son los seres humanos.